miércoles, 9 de abril de 2014

Instituciones parte III y final

El concepto de "Administrative Evil" o "Maldad Administrativa" acuñado por Adams y Balfour a finales de los 90 (Unmasking Administrative Evil, 1998) presenta varios ejemplos de “eficiencia” pero éticamente reprobable y en algunos casos absolutamente dañina para la sociedad en su conjunto, las tecnocracias (algunas de ellas), aún cuando son supuestamente de "élite" no necesariamente hacen lo mejor por el país sino que tienen un comportamiento absolutamente corto placista y de preservación del status quo, toda la corriente teórica de la Elección Pública (Public Choice) ha estudiado también profundamente el tema, por ejemplo autores como Alesina incorporan al estado como un conjunto de individuos que maximizan su propio bienestar y no el bienestar general o de la sociedad, teorías como la del Ciclo Político Económico han encontrado que el Gasto Público siempre se expande antes de las elecciones y todos nosotros somos testigos de ello, ahora que vienen las elecciones y por supuesto las re elecciones, las autoridades empiezan con las obras que mantuvieron dormidas por años, en el caso de las supuestas Islas de Eficiencia, si estas son tan eficientes entonces ¿por qué la informalidad sigue siendo tan alta y hasta parece aumentar en términos relativos? Y lo de la informalidad tiene que ver con todo esto porque es simplemente imposible que el Estado pueda mejorar las instituciones y brindar servicios con un mínimo de calidad sin impuestos, y los informales precisamente no los pagan. Pero la informalidad es más bien una consecuencia de las altas barreras de entrada que el propio estado impone, la evidencia de esta causalidad es profusa (por ejemplo ver Auriol & Warlters “Taxation Base in Developing Countries”, 2005) de hecho la tecnocracia impone mayores barreras porque las pocas empresas que pueden superarlas son fácilmente identificables y por tanto, siendo parte de un grupo reducido, fáciles de controlar, veamos cuántas empresas sustentan los ingresos tributarios en el Perú y lo comprobaremos, este tipo de políticas son absolutamente corto placistas, facilitan el control hoy pero generan mayor informalidad en el futuro. Lamentablemente nuestra Tecnocracia no podrá solucionar el tremendo problema de la informalidad haciendo lo que ya se hace, esto se podrá solucionar haciendo lo que realmente se necesita, y en eso hay consenso internacional (consenso que no llega a nuestras autoridades), sólo basta con leer el reporte anual del Doing Business. Gallardo y Ghezzi señalan que no hay cuadros suficientes y de calidad en todo el país, en lo que coincido pero discrepo con ellos en creer que los que hay son los que pueden solucionar los problemas, creo que la mayoría ni siquiera los entiende como tales, y lo más grave es que finalmente nuestros gobernantes son tan improvisados que la agenda la impone la propia Tecnocracia.

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