domingo, 15 de junio de 2014

¿Por qué es importante la educación?: La dinámica del crecimiento

Los Institutos de Estadísticas (IE) de todos los países asumen, porque en la práctica no hay otra salida, bastantes supuestos que permiten simplificar el cálculo de las Cuentas Nacionales y en especial del Producto Bruto Interno (PBI) de un país. Efectivamente, los IE realizan encuestas a un número determinado de empresas productoras de bienes y servicios y extrapolan el resultado a toda la población, como es lógico suponer, la muestra será representativa de los sectores productivos del país y asignará los pesos a los sectores económicos según corresponda, es decir si hay mil empresas encuestadas y en ese país se estima que la industria manufacturera representa el 30% de la producción total, serán 300 las empresas encuestadas que pertenezcan al rubro manufactura.

En este sentido, seguramente alguna vez hemos oído que los países pequeños crecen más que los grandes o lo que es lo mismo, que muestran una tasa de crecimiento de su PBI mayor que la de los países grandes…bueno cuando no están experimentando con alguna nueva “política económica” fuera de los libros y de toda lógica económica.

Imaginemos entonces que un país cualquiera es como un invernadero que se dedica exclusivamente a “producir” plantas, las que crecen en macetas. En el primer momento asumiremos que nuestra tecnología nos permite cultivar una sola planta en cada maceta. Por lo tanto, cada planta en una maceta se contabiliza en el cálculo de su (PBI)


Si en el año, digamos 2000, el invernadero (país) tiene una sola planta su PBI es de “uno”, si para el año 2001 el país logra producir otra planta su PBI ha crecido así:

(Producto año 2001 –Producto Año 2000)/ Producto Año 2000

Es decir (2-1)/1=1 o sea 100%

Si para el año 2002 logra producir otra planta tenemos que su PBI:

(Producto año 2002 –Producto Año 2001)/ Producto Año 2001)

Es decir (3-2)/2=1/2 o sea 50%

Si seguimos creciendo a razón de una planta por año, el 2003 habremos crecido (4-3)/3=1/3 o sea 33%, para el 2004 en (5-4)/4=1/4 o sea 25% y así sucesivamente.

Como seguro nos hemos dado cuenta, si producimos siempre lo mismo con el tiempo cada vez crecemos menos (a una tasa decreciente) por lo que también es evidente que crecer a tasas relativamente altas es cada vez más difícil.

Por lo tanto, los países (invernaderos) pequeños (que tienen pocas macetas con plantas) tienen una mayor posibilidad de crecer a tasas más altas que los países (invernaderos) grandes (que tienen muchas macetas con plantas)

Entonces, si el país es un invernadero que se está llenando de macetas con una planta cada una, la única manera de crecer a tasas relativamente altas por largo tiempo es inventar un nuevo método de producción (tecnología) que permita desarrollar más de una planta por maceta y esto, en el argot económico es aumentar la productividad, es decir producir más (plantas) con los mismos recursos (macetas), de repente una nueva semilla o abonos más potentes.

En cierto punto será físicamente imposible desarrollar más plantas dentro de una maceta y eventualmente el invernadero se encontrará lleno de macetas, cuando esto suceda habrá que idear una nueva manera (tecnología) que permita cultivar las plantas sin necesidad de macetas, por ejemplo con Hidroponía.

En resumen, en el largo plazo altas tasas de crecimiento del producto ya no se pueden obtener con recursos físicos (materias primas, espacio disponible, etc.) sino solamente a través de mejoras en la productividad, es decir consiguiendo mayor cantidad de producto con los mismos insumos.


Los estudios teóricos y empíricos han encontrado una altísima correlación entre una mejor educación y mejoras en la productividad, es por eso que los países que piensan en el futuro invierten en la educación. En resumen, no esperemos que se llene nuestro invernadero para invertir en y exigir una educación de calidad.

domingo, 8 de junio de 2014

¿Qué pasará con el dólar?: Los verdaderos fundamentos del Tipo de Cambio

La mayor cantidad de veces que leo algún artículo en la prensa, sea convencional o especializada, en que se trata la condición actual y futura del Tipo de Cambio (TC) se mencionan de manera poco sistemática varios factores explicativos, la mayoría de los cuales sólo surten un efecto coyuntural y pequeño sobre él.


Uno no tendría que ser Economista para acceder a una explicación basada en “fundamentos”,  que como traté en el post pasado acerca de la muy probable burbuja inmobiliaria en el Perú, son variables que explican el comportamiento en el mediano y largo plazo de alguna variable relevante.

En este caso, la variable Tipo de Cambio, tiene también variables explicativas fundamentales que marcan su trayectoria de mediano y largo plazo y no los hipos puramente coyunturales que solemos ver con preocupación al inicio y con aburrimiento luego, apenas desaparecen.

Lamento decepcionar a algunos que podrían creer que los resultados de la bolsa de valores o la renuncia de algún funcionario público importante tienen algún efecto importante o permanente sobre el Tipo de Cambio pero no es así.

De hecho recuerdo cuando hace unos meses, el anuncio de la Reserva Federal de los EEUU (FED) de disminuir paulatinamente y a partir del 2015 la emisión de dólares produjo aparentemente una subida del dólar más o menos considerable pero que finalmente duró sólo unos pocos días.

Más que la política monetaria de la FED que incluso ni siquiera se concretó, sino que era sólo un anuncio de una medida futura, fue la pura y simple especulación de los agentes que tomaron coberturas de riesgo excesivas la que hizo subir temporalmente el TC.

Para saber cómo se comportará el TC en el mediano y largo plazo de acuerdo a sus “fundamentos” necesitamos asumir dos supuestos principales, uno que en el largo plazo el TC se ajusta por la variación en los niveles de precios de los países en cuestión (a los que se refiere este TC), esto es simplemente E=P/P* donde E es el TC, P el nivel de precios del país A y P* el nivel de precios del país B, este es el supuesto de paridad de poder de compra (PPC) que significa que si en el país A una canasta de bienes cuesta aproximadamente 250 de sus unidades monetarias (u.m.) y en el país B 100 de sus respectivas u.m., entonces el TC entre los dos países debería ser aproximadamente 2.5 u.m. de A por cada u.m. de B.

En efecto, si el TC no respondiera a este principio lo que tendríamos son movimientos de divisas de un país a otro que igualarían finalmente el TC a esta ecuación, ejemplo si el TC fuera en algún momento de 3 u.m. la gente de B encontraría más barato comprar en A puesto que por una u.m. de B le darían 3 de A, no solo lo suficiente para comprar los mismos bienes si no con un excedente de 0.5 por cada u.m. es decir podría comprar más bienes en el país A, con lo cual al ser mejor importar de A, las divisas de B viajarían a A para este propósito. Al llegar más y más u.m. del país B, estas bajarían su valor igualando el TC con el supuesto de paridad a 2.5.

El segundo supuesto es la ecuación cuantitativa del dinero MV=PY del país A, donde “M” es la cantidad de dinero, “V” es la velocidad de circulación del mismo (cuántas veces se transa una u.m. en un período de tiempo determinado), “P” el nivel de precios y, “Y” el PBI real (cantidad de bienes producidos en el período).

La ecuación significa que la cantidad de dinero multiplicada por el número de transacciones que ejecuta en un período de tiempo es igual al valor de la producción del país en ese mismo período, es simplemente pero poderosamente a la vez, una identidad contable.

Por lo tanto también existe M*V*=P*Y* del país B.

Si combinamos los dos supuestos principales simplemente reemplazando una expresión en otra obtenemos la ecuación que explica el movimiento del TC en el mediano y largo plazo en función de variables “fundamentales”:

E=M/M*.Y*/Y.V/V*

Si nos referimos concretamente al TC sol por dólar (E), que al momento de escribir este post es aproximadamente 2.80 soles por dólar, entonces podemos ver que EEUU emite desde hace unos cuantos años mucho más M* que lo que Perú emite M (el llamado “Quantitative Easing”), como M* está en el denominador toda la expresión disminuye, es decir ha existido y existirá (aún por un tiempo considerable) una presión hacia abajo del TC en S/. por $, es decir de 2.80 a 2.75 y hacia abajo.

Como es evidente Y* o el PBI de EEUU crece menos que Y o el PBI de Perú, esto también presiona hacia abajo el TC. Tanto V como V* son muy estables y al no moverse en términos relativos, su efecto es casi nulo.

Cualquier otra medida de política económica o suceso coyuntural que no afecte de manera real y sustantiva a las cantidades de dinero o las tasas de crecimiento de ambos países pues no tendrá efecto alguno sobre el TC. Lo que realmente afecta al TC no son estos sucesos coyunturales sino la especulación de los agentes que sin fundamentos no puede hacerse permanente.

En conclusión, la próxima vez que veamos una noticia que dice que el mundial de fútbol tendrá efectos sobre el TC soles por dólar recordemos esta simple ecuación y dejemos que sean otros los que salgan a tomar coberturas contra situaciones que si se dan serán tan efímeras y superficiales como muchos de los comentarios que lamentablemente aparecen en algunos medios de comunicación.


En los próximos años, salvo hipos especulativos de muy corto plazo, la tendencia marca que el dólar siga bajando muy lentamente o se mantenga en niveles por debajo de 3 soles por dólar.

martes, 3 de junio de 2014

El BCR y la Burbuja inmobiliaria: ¡Por favor dime que no!

Acabo de revisar el artículo “Precios de viviendas en Lima” de Fabrizio Orrego publicado en la serie de Documentos de Trabajo de Mayo 2014 del Banco Central de Reserva del Perú.  En el mismo, el autor señala haber estimado la relación de equilibrio entre el precio por m2 de las viviendas en Lima y sus supuestos fundamentos macroeconómicos desde 1998.I hasta 2013.IV.
Asimismo, señala como variables fundamentales a los términos de intercambio, la cuenta corriente, el crédito hipotecario, el índice de imperio de la ley, la demografía y la capitalización bursátil, los que según su estimación resultan significativos y con los signos esperados. Menciona además que la evidencia demostraría que el precio por m2 de las viviendas no se encontraría desalineado con respecto a sus fundamentos, a pesar del incremento observado durante los últimos años.
“Variables fundamentales” son aquellas que definen el comportamiento de largo plazo de otras variables a las que se quiere explicar. En este sentido, el autor utiliza la variable Crédito Hipotecario Total (como % del PBI) como variable que sería “fundamental” en explicar no el crecimiento temporal del precio de las viviendas lo que resulta obvio, sino en determinar una línea de precio de largo plazo o sea una tendencia basada en los “fundamentos” de ese mercado.

He revisado alguna bibliografía al respecto y autores que anticiparon la burbuja inmobiliaria en EEUU tales como Shiller, Gallin y Case identifican como variables fundamentales explicativas del precio de los inmuebles al ingreso, los costos de construcción, la tasa de crecimiento de la población, costos de mantenimiento de los hogares (servicios e impuestos) y la “tasa” de interés de créditos hipotecarios. Por otro lado, un excelente trabajo del 2009 de Vyacheslav Mikhed y Petr Zemčík del Center for Economic Research and Graduate Education de la Academia de Ciencias de la República Checa, utilizando data panel (es decir una mezcla se series de tiempo y data a nivel micro o individual), identifica como variables fundamentales al precio de los alquileres, el índice de precios al consumidor, los costos de construcción, el ingreso, la tasa de crecimiento de la población y las tasas de interés de créditos hipotecarios; prueban su modelo y obtienen resultados bastante robustos.
No voy a entretenerme discutiendo acerca del sustento de las demás variables a excepción del crédito pues su importancia resulta evidente, ejemplo cualquiera que haya llevado al menos un curso de introducción a la Economía sabe que el consumo depende del Ingreso, es decir puedo comprar lo que puedo pagar con mi ingreso pero en el caso del Crédito, y en este punto precisamente, todos los autores mencionados señalan la “tasa” de interés y no al “Crédito” en sí mismo como variable fundamental, y esto resulta evidente. Para demostrarlo voy a utilizar un ejemplo.
Si quiero comprarme un televisor nuevo para ver el mundial y no me alcanza para pagarlo con mi ingreso podría pedir un crédito que me permita comprarlo pero para que me den el crédito, el banco o lo que sea que me preste el dinero ha de comprobar primero que puedo repagarlo, es decir, en el agregado de tiempo que considere (en este caso el tiempo de repago del préstamo) mi flujo de ingresos ha de poder pagar el crédito total o sea capital e intereses. Entonces, en el mediano o largo plazo no puedo comprar nada más allá de lo que mi ingreso permita, de hecho, el crédito me permite pagar por algo en partes pero ese algo sólo podré comprarlo si mi ingreso acumulado lo permite. Si gano dos mil soles y quiero comprarme un pent-house con vista al Golf de San Isidro, primero es muy difícil que consiga el crédito, y segundo, si es que eventualmente lo consigo es casi seguro que de no aumentar considerablemente mis ingresos no podré pagarlo.
En este orden de ideas, en un período de tiempo determinado sólo podré comprar lo que mi ingreso real y no el crédito, me permita, ejemplo de nuevo, si gano 2 mil soles y me dan 14 sueldos al año, en 20 años habré ganado 560 mil soles con lo que es imposible que logre pagar un crédito por una cantidad mayor a esa, aún más los bancos suelen otorgar préstamos sólo cuando la cuota mensual es menor al 30% de los ingresos mensuales.
El autor del documento de trabajo del BCR usa el crédito total como variable explicativa, de hecho si analizo la correlación entre la variable crédito total y el precio de los inmuebles esta evidentemente existe en el corto plazo porque un aumento del volumen agregado del crédito se relaciona con aumentos de los precios de los inmuebles pero en el largo plazo no lo puede explicar porque sólo puedo comprar lo que mi ingreso me permite, por el contrario, como señalan los autores citados al inicio, la tasa de interés del crédito si es fundamental (sobre todo en los países con alta bancarización o donde el crédito es muy utilizado), esto porque una tasa consistentemente más baja durante largos períodos puede impulsar la demanda y por consiguiente los precios de los inmuebles (y viceversa).
Ahora saquemos un poco de cuentas, si los ingresos reales han crecido 8% en los últimos 6 años pero los precios de los inmuebles más de 100% es evidente que hay otras variables que han empujado los precios hacia arriba, si esas variables no son las fundamentales pues estamos en problemas (o sea hay burbuja), veamos pues una a una las variables fundamentales que faltan, en primer lugar el precio de los alquileres, este puede haber aumentado pero depende básicamente de la demanda y en los Niveles Socio Económicos (NSE) A y B no hay déficit de vivienda con lo que no se explicaría un aumento desmesurado (salvo que se vinieran a vivir al Perú cientos de miles de ciudadanos pudientes de países ricos) entonces esta variable está descartada; luego el índice de precios al consumidor que a razón de 3% de inflación anual nos da 19% acumulado en 6 años, descartado; los costos de construcción, si se han elevado tremendamente pero esto es una especie de razonamiento circular, los precios crecen si la demanda crece pero esta sólo crece en el mediano y largo plazo si el ingreso crece, descartado (esta variable se usa en EEUU o Europa por las condiciones de urbanización, que aquí como sabemos, bueno mejor lo dejo ahí); finalmente, la tasa de crecimiento de la población es de 1,6% anual aproximadamente por lo que con migración neta positiva (más gente se va que la que viene) debe haber crecido modestamente en menos de 10% (que es el acumulado en 6 años).
En conclusión, los ingresos reales, la población, los alquileres, la inflación han aumentado muchísimo menos que los precios de los inmuebles, entonces no importa cuántos términos elegantes o complicados se usen, cuántas técnicas econométricas se prueben, estas siguen dependiendo de los supuestos de partida, y si suponemos que es el crédito total y no la tasa de interés del crédito lo que define el precio de los inmuebles en el largo plazo pues estamos sólo adornando la fachada de una casa vacía. Ya con respecto a la capitalización bursátil, cuya importancia como porcentaje del PBI y como impulsor del mercado inmobiliario en el Perú es muy pero muy pequeña, sería ocioso abundar.

Contribuyendo con Shiller me atrevería a decir: “Lo que define una burbuja es precisamente la negación pública y continua de su existencia”.