domingo, 13 de abril de 2014

Entre la valeriana y el agua de azahar: las elecciones que vienen

En las elecciones pasadas ya casi sufrimos un infarto, bueno en las anteriores a esas también, y en las anteriores a las anteriores también, y así llegamos hasta Fujimori versus Vargas Llosa momento de quiebre para la política institucional en el Perú.
Mientras se realizaban las elecciones de 1990 la pobreza en este país alcanzaba aproximadamente al 50% de la población, así pues era evidente que un candidato identificado con la prosperidad (que nos era tan esquiva) tenía muy limitadas opciones de ganar frente a un aventurero que prometía curar una gangrena con una aspirina, el resultado previsible y anunciado se confirmó, una masacre electoral y una terrible incertidumbre. ¿Qué pasa que al parecer tenemos que elegir siempre por “el mal menor”?...y a veces ni eso.
Pasa que por ejemplo aún y con varios años de crecimiento, en el 2011, teníamos según la Encuesta Nacional de Hogares del 2009 (INEI) esta distribución de los Niveles Socio Económicos (NSE): A/B (10%), C (23%), D (31%) y E (36%) Aquí entra en el cuento una aplicación muy interesante de la Teoría de Juegos a la Ciencia Política que es el “Teorema del votante medio”, éste dice en resumen que si la distribución de los electores en un país es relativamente homogénea en lo que respecta a su filiación política y que por ejemplo si dividimos el electorado en 5 porciones iguales de 20% cada una, estando a la izquierda los de pensamiento más de izquierda y a la derecha los de derecha, pues obviamente para cualquier candidato conviene estar en el “centro” para poder atraer la mayor cantidad de votantes posibles de ambos lados, en concreto el Equilibrio de Nash (donde cada candidato escoge su mejor estrategia considerando que el otro u otros harán lo mismo) señala que lo mejor es ubicarse precisamente en ese sector de 20% que se encuentra en el centro.
Esta situación asemeja mucho a lo que efectivamente se encuentra como distribución de la filiación política y del ingreso en los países ricos, es por eso que la mayoría de los candidatos con opción en la mayoría de los países de la OECD son bastante moderados y las diferencias entre ellos son solamente marginales, todos muestran o “juegan” a ser de “centro”.
En nuestro caso, y en otros países con similar distribución de los NSE la situación es totalmente diferente, si no lo sabíamos pues por simple lógica a estas alturas ya nos debemos haber dado cuenta del porque en el Perú las opciones populistas y/o de izquierda más o menos radical tienen todavía gran arraigo. El candidato que capture gran parte de E y al menos una buena parte de D tiene grandes opciones de llegar al 50%, en estos segmentos de menores ingresos relativos las ideas pro mercado no tienen aún gran arraigo, este es el bastión del Fujimorismo (populismo) y de ideas de izquierda como las que propugnaba en primera vuelta el Nacionalismo, “ideas” que siendo yo economista considero absolutamente inviables pero eso es otro tema.
Para terminar de decorar el pastel, las encuestas hasta faltando un mes prácticamente no significan nada pues más o menos el 40% de los electores permanece como “no sabe no opina” hasta las últimas semanas y siendo que este 40% se concentra mayormente en los NSE “D” y “E”, pues ya sabemos a dónde irán a parar estos votos finalmente.
En las elecciones pasadas la prensa tomó partido, lo que no tendría que ser malo necesariamente, pero en la segunda vuelta tuvimos que soportar algo muy parecido al comercial que según casi todos preparó el APRA y finalmente destruyó la candidatura de Vargas Llosa y el FREDEMO en el año 90, el famoso comercial del Shock, eso sí esta vez los resultados fueron adversos.
Si antes de la primera vuelta del 2011 se les hubiera hecho esta simple explicación a los tres candidatos pro mercado, me pregunto ¿la situación hubiera sido diferente?, la verdad es que no creo, nuestros políticos más allá de su usual soberbia les interesa más bien poco lo que pase luego si ellos no son elegidos, ya para apagar el incendio posterior está la CONFIEP.
La próxima vez que intenten vendernos un candidato pro mercado que comparte ese espacio político con otros más, pensemos primero en cuánto puede calar en los NSE “D” y “E”.
Entonces ¿Cuál es la solución?, yo veo dos caminos, el primero uno bastante cándido es que nuestros “pro-hombres” (estoy siendo sarcástico por si acaso) y “candidatos pro-mercado” se alíen y demuestren su “grandeza” eligiendo entre ellos la opción más popular y menos reprobable en términos éticos (es decir con menos “anticuchos”), el segundo más realista es dejarle el trabajo a la CONFIEP, en primera instancia sus representantes intentarán “conversar” con el radical de turno y en segunda de ser necesario las esposas convencerán a la futura primera dama con algún almuerzo en Mamacona con paseo en caballito y foto de chalán incluida. Así que no se estresen tanto, eso sí no se hagan grandes esperanzas sobre cambios radicales mientras sea la CONFIEP la que haga el trabajo, ah y siempre manejen su riqueza en términos bastante líquidos por si hay que salir volando.

2 comentarios:

  1. Aldo, el contenido de vitamina C en tu comentario es realmente revitalizante!!! Aplaudo tu agudeza

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  2. En estas épocas no solo la CONFIEP mi estimado "limón piurano" (por lo ácido no por tu origen que ya lo gozamos cómo un buen rocoto relleno picante) si no también por esos capitales foráneos que si no los engríen, a la primera sombra levantan la pestaña y ajustan el rumbo de sus inversiones y ya sabemos que pasa cuando nos quedamos sin billete fresco ( como universitario sin su inka kola el domingo en la mañana para que le baje el calderón)... Saludos

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