domingo, 28 de diciembre de 2014

¿Por qué la Economía predice tan mal?: La Nueva Economía del Comportamiento I

Lo primero acerca de este artículo es que debo confesar que hice trampa con este título, y lo hice porque de otra forma no llamaría tanto la atención. Precisamente, uno de los grandes aportes a la Economía convencional es el incorporar conceptos sicológicos y de la Neuro-Ciencia, uno de estos conceptos es el de “prejuicio negativo” (negativity bias), que significa que es bastante común para las personas ponderar mucho más un aspecto negativo que uno positivo incluso en una misma experiencia, el ejemplo que usa Colin Camerer en su libro “Teoría de Juegos del Comportamiento: Experimentos en la interacción estratégica” (la teoría de juegos es una rama de la economía que estudia el conflicto y la cooperación) es el de un concierto desarrollado impecablemente hasta la última entrada en la que hay un problema de sonido y un chirrido que desluce el final, a pesar de sólo haber tomado un pequeño instante de un concierto que puede haber tomado 3 horas o más, la experiencia total puede haberse dañado severamente en la apreciación de los espectadores.
En este sentido, los economistas de algún modo decepcionados con lo que pensaban era su profesión e incentivados positivamente en buscar una explicación a la misma; y los no economistas (con prejuicios o no hacia la disciplina) sea por el mismo incentivo positivo o por puro y simple morbo buscarán encontrar en este artículo una sierra eléctrica más poderosa para hacer “leña del árbol caído” más rápidamente.
Lamento decepcionarlos, es más me sorprenden los lentos reflejos de economistas serios o la falta de medios para acceder a foros más grandes y explicar el malentendido. Primero, ¿la Economía es ciencia?, antes de empezar una discusión bizantina con argumentos a favor o en contra les planteo otra pregunta ¿es la medicina o fisiología una ciencia?, creo que la respuesta es indiscutiblemente que sí, al menos así lo dice el Comité del Premio Nobel (que también considera a la Economía una ciencia). Segundo, ¿tiene toda ciencia que ser predictiva?, bueno, la Física, Química y otras Ciencias Básicas encuentran en esto su mayor razón de ser y existir pero ¿es la Medicina predictiva?, obviamente no voy al médico a preguntarle cuándo será mi próxima enfermedad o cuándo voy a morir, de hecho el médico observa el historial del paciente para diagnosticar una enfermedad ya presente o da consejos al paciente para una mejor calidad de vida o mayor duración de la misma, no podría ser de otra manera porque todo es relativo, el que de cada 1,000 personas que fuman unas 200 desarrollen cáncer de pulmón y otras 200 enfermedades cardio-vasculares no significa que un paciente al azar que fuma esté dentro de esos 400, es una probabilidad asociada a los grandes números pero cada ser humano (cada cuerpo) es un universo de posibilidades diferentes e innumerables, entonces ¿pierde la Medicina validez como ciencia por no predecir exactamente cuándo enfermarás o cuándo te morirás o de qué te vas a morir?
Pues la misma analogía aplica a la Economía, esta disciplina (ciencia o no) trata sobre seres humanos, y en el caso concreto de la Macroeconomía y de la Econometría Clásica, estas ramas de la economía pretenden agregar los comportamientos de todos ellos y determinar probables desenlaces a situaciones particulares pero claro no pueden sino hacerlo a través de un modelo estándar, es decir lo mismo que el médico hace.
El médico observa un estudio que dice que de cada 1,000 personas mayores de 45 años que fuman, no hacen deporte y tienen sobrepeso, aproximadamente 200 desarrollan cáncer de pulmón y otras 200 enfermedades cardio-vasculares esto es un modelo estándar; luego atiende a un paciente de 46 años que fuma, no hace deporte y tiene sobrepeso, pues ya saben la recomendación, y lo que anota en la historia clínica todo basado en su modelo estándar, pues lo mismo hace un Macroeconomista o Econometrista Clásico pero la validez de sus supuestas predicciones (como las del médico) está en función de las condiciones iniciales pero también y fundamentalmente en que todas las cosas sigan igual o no afecten a la variable a ser predicha durante el rango de la predicción (el famoso ceteris paribus de la microeconomía)
Y claro, fallan, como “falla” el médico que le dice a un paciente al azar de más de 45 fumador, con sobrepeso, que algo malo le va a pasar si sigue haciendo lo mismo pero al que finalmente no le pasa nada (está en el grupo de los 600 a los que no les pasa nada). Pero el prejuicio negativo hace que creamos que la disciplina es un desastre porque no predijo exactamente cuándo y de qué enfermaría el paciente y para empezar ni siquiera sabemos qué hizo el paciente desde la última consulta, si estuvo emborrachándose y fumando permanentemente o sólo estuvo yendo a misa por las mañanas, y pilates y yoga el resto del día.
En el 2006 ya el Banco Mundial y reputados Economistas académicos (no los otros que por intereses personales si tuvieron que ver) anticiparon una crisis financiera muy seria, y esto era como la advertencia de un médico al paciente de más de 45 fumador, con sobrepeso y que no se ejercita. Hacer más que advertir es muy difícil cuando recién son las 2 am y la fiesta está en su apogeo.
Para finalizar diré que aún así, las predicciones suelen no ser precisas por una simple razón, el modelo estándar de la economía asume que el agente económico se comporta de una determinada manera (maximizador del beneficio individual, es decir egoísta), esto se hizo porque era menos complicado de resolver con las matemáticas y demás herramientas a disposición en el siglo pasado. De hecho Arrow y Debreu (famosos economistas ganadores del Nobel) desarrollaron el modelo estándar basado en el famoso “homo economicus” en 1954, este en general predice relativamente bien el comportamiento de los seres humanos, en concreto entre un 70 y 80% de personas se comportan como predice el modelo pero ese 20 a 30% que no lo hace no es desdeñable por lo que la Economía como ciencia está buscando mejorar su explicación y diagnóstico de los problemas económicos que en principio se refieren a las personas.

En la próxima entrega, que espero sea muy pronto, les contaré más acerca de estos esfuerzos que desde los años 70 se desarrollan en lo que se ha dado en llamar “La Nueva Economía del Comportamiento”, y que no es otra cosa que la fusión de la Economía con la Sicología y la Neuro-Ciencia para la construcción de una nueva disciplina más comprehensiva y coherente, una nueva “Ciencia del comportamiento” (Behavioral Sciences)

domingo, 17 de agosto de 2014

¿Por qué todo es más lento y difícil en el Perú?: El “Dilema del Prisionero”

Albert Tucker, brillante matemático Norteamericano y profesor de la Universidad de Stanford ideó en 1950 un juego muy interesante denominado “El Dilema del Prisionero”, el juego tiene como finalidad demostrar que para dos personas que negocian en situaciones de incertidumbre es más probable para ellas obtener resultados adversos que no se obtendrían si prevaleciera la confianza o la certidumbre en las decisiones de la otra parte.

En concreto, el juego supone que dos sospechosos son arrestados y acusados de un delito, la policía no tiene evidencia suficiente para condenarlos si al menos uno de ellos no confiesa. La policía los encierra en celdas separadas y les explica las consecuencias de las acciones que tomen.

Si ninguno confiesa, ambos serán condenados por un delito menor y sentenciados a un mes de cárcel. Si ambos confiesan, serán sentenciados a seis meses de cárcel. Si uno confiesa y el otro no, el que confiesa será puesto en libertad inmediatamente y el otro sentenciado a nueve meses en prisión (6 por el delito y 3 por obstrucción a la justicia)

El siguiente cuadro ilustra las posibles “ganancias” de ambos prisioneros luego de ser interrogados por separado, el primer término de cada par ordenado (recuadro) muestra las “ganancias” (en este caso pérdidas) del prisionero 1, y el segundo término las “ganancias” (pérdidas) del prisionero 2:


Si analizamos detenidamente nos damos cuenta de que la mejor estrategia que puede tomar cualquier jugador es siempre confesar.

Ocurriendo que los dos confiesan por separado, el resultado de equilibrio (de Nash),  aunque claramente no óptimo desde el punto de vista social si es óptimo a nivel individual es (Confesar, Confesar).

Está claro que si en las partes (los prisioneros del ejemplo) no predomina la confianza o la certidumbre el peor resultado conjunto es el más probable.

Ahora imaginen que los jugadores son por un lado el Estado Peruano y por el otro cualquier ciudadano. El ciudadano quiere abrir una empresa para ganarse la vida, y el Estado por su parte quiere que las empresas cumplan sus obligaciones para con la sociedad, entre ellas proveer empleo digno y pagar sus impuestos.

En este orden de ideas, el Estado debe establecer las regulaciones necesarias para que las empresas funcionen dentro de los parámetros de la ley, supongamos pues que tiene dos opciones, la primera desconfiar de sus ciudadanos y por ello establecer un marco regulatorio excesivo y engorroso para desanimar a aquellos ciudadanos que no desean sinceramente cumplir con sus obligaciones y sólo lucrar en el corto plazo, y por el otro, establecer un marco regulatorio muy simple pero proclive a ser burlado por malos ciudadanos.

Por su parte el ciudadano tiene dos alternativas o estrategias, una cumplir con sus obligaciones legales, y la segunda, simplemente incumplirlas tomando ventaja de las empresas que si las cumplen (el problema tan común del “Free Rider” o el que no contribuye pero se  aprovecha de los servicios públicos.
Usemos el mismo cuadro pero para imaginar ahora que las cifras son las ganancias de los jugadores, el estado gana en impuestos y tasas que cobra por las regulaciones que impone, el ciudadano invierte y gana dinero, veamos:


Si el Estado simplifica y el ciudadano cumple, ambos ganan uno, el estado por los impuestos que paga el ciudadano y el ciudadano que gana digamos 2 paga 1 como contribución por lo que se queda con 1 de ganancia. Si el Estado simplifica pero el ciudadano no cumple, el Estado pierde 1 por el esfuerzo en simplificar que no tuvo un correlato en el pago de impuestos, el ciudadano gana 2 pues no contribuye con nada de sus dos de ganancia.

Si el Estado regula en exceso y el ciudadano cumple, el Estado gana 2 por los impuestos y las abrumadoras tasas y derechos que le cobra al ciudadano pero éste último pierde dos debido a todos los trámites y tiempo empleados adicionalmente al pago de impuestos. Si el Estado regula en exceso pero el ciudadano no cumple, el Estado no gana nada y el ciudadano se queda con sus dos de ganancia.

Como podemos ver, el Estado siempre gana más regulando en exceso que simplificando dada la posibilidad de que el ciudadano no cumpla con sus obligaciones. Por su parte, el ciudadano siempre gana más no cumpliendo que cumpliendo pues intuye que el Estado sobre regulará la Economía para compensar el incumplimiento de sus ciudadanos.

El resultado más probable es el peor posible para la sociedad, igual que en el Dilema del Prisionero, la desconfianza hace que el Estado sobre regule y el ciudadano incumpla.


Como dice la canción: “Por eso y por muchas cosas más…” es tan difícil hacer empresa en el Perú, ya lo dice el Doing Business del Banco Mundial, a pesar de más de 20 años de Economía de Mercado, la informalidad sigue siendo un problema tan terrible como la excesiva regulación del Estado. 

¿Cómo romper este círculo vicioso?, hay muchas hipótesis al respecto, algunas las abordaré en siguientes entregas.

domingo, 27 de julio de 2014

¿Por qué tuvimos hiperinflación?: La mala fortuna de ser pequeños

A fines del gobierno de Alan García la inflación acumulada llegó a la escalofriante cifra de un millón por ciento, el PBI real había decrecido en promedio en 1% entre 1981 y 1990 (lo que se conoce como la década perdida) y el PBI per cápita decreció también en promedio en 3.2% en el mismo período, la pobreza alcanzaba aproximadamente al 50% de la población. Sería redundante referirme a la crisis política, social y a la violencia terrorista que quienes vivimos en esos años nunca podremos olvidar.



No está claro cómo un grupo de aventureros logró convencer al por entonces joven presidente Alan García, de adoptar un “modelo” que los físicos dirían estaba constituido de “antimateria”, es decir un modelo que se ha conocido en el tiempo como “heterodoxo” pero que en realidad era sólo un compendio de “recetas” de política económica absolutamente absurdas, todas basadas en supuestos acerca del comportamiento de los agentes económicos no sólo contrarios a la teoría convencional, sino también a la lógica más elemental y a cualquier evidencia empírica disponible.

En los dos primeros años, el supuesto “modelo” incluso aparentó funcionar pero debido a otros factores basados en la naturaleza humana más que por sus propias virtudes, algo de lo que he escrito antes en “El Poder de la Palabra” y en “El poder de la información”.

Básicamente la idea contenida en la “receta heterodoxa” era la de inyectar enormes cantidades de dinero en la economía con la intención de estimular el consumo, elevar la demanda agregada y con ello estimular la producción y la oferta agregada, en principio suena familiar y se asemeja a lo que EEUU y la Eurozona han hecho desde el 2009 hasta hoy, sin embargo, como casi siempre “El demonio está en los detalles”.

La inflación, tal como la definió Milton Friedman (uno de los economistas más brillantes del Siglo XX), “…es en el largo plazo un fenómeno esencialmente monetario”. Es decir, no importa lo que hagamos, o las razones que nos impulsen, si hacemos que la tasa de crecimiento del dinero sea durante un tiempo prolongado mucho mayor que la tasa de crecimiento del producto, inevitablemente tendremos inflación.

Para verlo de forma más simple imaginemos que un país cualquiera es un pequeño pueblo aislado que emite su propia moneda y en el que sólo se produce un bien, por ejemplo automóviles, si en el año uno empezamos con la producción de un solo automóvil y tenemos una sola moneda, pues el precio del único bien será como podemos imaginar una moneda (1/1). Si al año siguiente la producción aumenta a dos automóviles, su banco central con el fin de preservar la estabilidad de precios deberá emitir dos monedas nuevas, si emite sólo una moneda, habrá dos automóviles pero una sola moneda con lo que el precio de los autos caerá a 50 centavos (1/2) provocando un efecto pernicioso en los productores de autos los que al ver que el precio de su bien cae (deflación) tenderán a reducir la producción  de los mismos provocando una recesión, por el contrario, si el banco central emite 3 monedas, los autos aumentarán de precio de una moneda a 1.5 monedas (3/2) o sea tendremos inflación.

EEUU y la Eurozona han podido hasta ahora evitar procesos inflacionarios considerables debido a que sus inyecciones de dinero han sido destinadas en gran medida a la compra a los bancos de activos financieros cuyo valor de mercado es prácticamente cero, los bancos han recibido el dinero pero han tenido muchos problemas para poder colocarlo en forma de préstamos en sus mercados locales, es decir sus agentes privados no han tomado créditos como antes (a pesar de las bajísimas tasas de interés) porque desconfían de la situación y han retraído su inversión lo cual es razonable en mercados tan deprimidos, en su lugar los bancos han preferido llevar estos Euros y Dólares a economías emergentes, con esto el dinero en sus mercados no ha sido tan abundante como para provocar inflación.

Por el contrario, nosotros nunca hemos tenido la posibilidad de exportar nuestra moneda a otros países y este es un lujo que sólo los países con divisas fuertes pueden darse. Entonces, volviendo a finales de los años ochenta era muy difícil creer que emitir esas cantidades impresionantes de dinero en un contexto de incertidumbre podrían generar solo efectos positivos.

El gobierno Aprista inyectó ese dinero básicamente de dos formas, la primera vía créditos de operación a las empresas públicas para poder mantener los precios de sus servicios por debajo de sus costos de operación (subsidios), y la segunda vía créditos de la banca pública hacia los agentes económicos con la intención de aumentar la inversión privada.

Entonces, aquí viene el tema de los incentivos y resulta que si el Banco Agrario prestaba dinero prácticamente sin intereses (la tasa era mucho más baja que la inflación) pero los prestatarios decidían que era mejor dedicar ese dinero al consumo o que como en el caso del trapecio andino, era más rentable y menos peligroso (esto resulta increíble pero cierto) dedicarlo a comprar y comercializar contrabando pues el resultado inmediato era que el consumo agregado podía aumentar pero no la inversión, y bueno si no aumentaba la inversión no había tampoco posibilidades de aumentar la oferta.



Veamos la gráfica, en esta se simplifica la idea, es decir si el consumo aumenta, la demanda agregada (DA) aumenta pero si la inversión no crece, la oferta agregada(OA) no subirá y una oferta que no crece mientras la demanda sube pues produce inflación (aumentos en los precios P), claro las cantidades transadas (Q) en la economía aumentan pero conforme la capacidad instalada se acerca al límite o los empresarios deciden no ofertar (por la incertidumbre), la curva de oferta incluso se torna completamente vertical con lo que aumentos de la demanda sólo producen inflación pero no aumentos en las cantidades transadas.

Para que esa “política económica” hubiera funcionado se habría necesitado la conjunción de otros factores favorables, entre ellos fundamentalmente la confianza que es al final el motor de la inversión, y lamentablemente con todos los problemas del Perú de los ochenta, la confianza era el bien más escaso, casi tanto como los fundamentos económicos del “Perú Heterodoxo”. 

domingo, 6 de julio de 2014

Fútbol

Sir Francis Galton, primo de Charles Darwin y probablemente el ser humano más inteligente que haya existido, descubrió en el Siglo XIX que los hijos de padres altos podían ser más altos pero que sus nietos tendían inevitablemente a ser más bajos que sus padres “regresando” al promedio. Más tarde Yule y Pearson ampliaron el estudio a nivel global y corroboraron este hecho, y no estoy hablando de anécdotas sino de datos estadísticos en múltiples observaciones sea de fenómenos biológicos o físicos de alcance poblacional, es decir hechos comprobables a nivel mundial.

En este sentido, el ser humano ha ampliado sus capacidades físicas y hasta mentales bastante menos de lo que podríamos suponer. Es cierto que nos emocionamos al ver ciertas actuaciones de deportistas y que por eso podemos llegar a creer que las performances que logran no tienen comparación con las que se podían lograr tiempo atrás, sobre todo cuando hablamos de tiempos  relativamente lejanos para nosotros, en resumen nos creemos más fuertes, rápidos e inteligentes que las personas que vivieron antes sin ningún sustento ni evidencia para esto, precisamente Galton tenía un IQ estandarizado de 200, es decir uno mayor al de Einstein, Hawking o alguno de nuestros genios más recientes.

Si hablamos del atletismo podemos calcular por ejemplo las mejoras porcentuales en la disciplina de los 100 metros planos, probablemente la más apasionante de las pruebas atléticas. Si comparamos el año 1988 con 1912 veremos que el record olímpico fue mejorado en 8,1%, es decir Carl Lewis rebajó en 8,1% el tiempo establecido por Ralph Craig, que al contrario de Carl Lewis, corría en pista de tierra con zapatos de cuero, suela de madera y clavos. La mejora de Carl Lewis con respecto a Jim Hines, campeón olímpico de 1968, es aún bastante más modesta, sólo de 0,3%.

Si comparamos a Usaìn Bolt en 2012 (un verdadero fenómeno y seguramente insuperable por bastantes años) con Carl Lewis de 1988 veremos que ha mejorado su record sólo por 2,9% y respecto a Jim Hines en 1968 en 3,2% pero Bolt es excepcional porque cuando vemos la evolución de los records de olimpiada a olimpiada hay incluso períodos en los que los tiempos empeoran.

Por eso cuando alguien me dice “los jugadores de antes no corrían como ahora” frunzo el ceño tratando de interpretar a qué se refiere con “antes”, bueno Usaín Bolt ha mejorado la marca de Ralph Craig pero no estoy muy seguro de que si “clonáramos” a Craig hoy en día y lo hiciéramos entrenar y competir con lo mismo que Bolt tiene a disposición (medicinas, vitaminas y todo lo demás), Bolt le ganaría tan fácilmente o a Jesse Owens o incluso a Jim Hines. La ciencia postula que la rapidez humana no puede sobrepasar los 45 km./hora que equivale a 9 segundos en esta prueba, simplemente porque los músculos y ligamentos tienen una resistencia y flexibilidad que no son infinitos, y los 45 Km./hora son un límite imposible de superar, salvo que hagamos modificaciones orgánicas o no a nuestros cuerpos, mejor nos desengañamos de esto, lamentablemente nos acercamos al límite.
Si la regresión a la media no existiera pues ahora mediríamos cuatro metros o más, podríamos hacer los 100 metros en 6 segundos y ya hubiéramos postulado y comprobado una teoría unificadora de la relatividad general y la mecánica cuántica debido a nuestra condición de super-humanos.

Las capacidades físicas y técnicas de por ejemplo nuestros futbolistas varían muy poco entre generación y generación, Giacinto Fachetti defensor italiano del Mundial de México 1970 hacía 11 segundos en 100 metros como Jairzinho y Pelé y podía parar un camión con la mirada de lo fuerte que era, la pregunta es ¿cuántos de los futbolistas de hoy superan su tiempo o son más fuertes que él?, ¿eran los futbolistas de 1988 mucho más veloces, técnicos y fuertes que los de 1970?, ¿los del 2006 mucho más que los de 1988? (para tomar períodos de tiempo parecidos)

El Perú es incluso una víctima más de esto, el talento no tiene era, ¿O acaso las voleibolistas de hoy que tienen mucha mejor preparación, vitaminas, medicinas y demás ventajas que las de 1988 nos han dado otra medalla de plata olímpica?. ¿Acaso tenemos algún volante más fuerte y técnico que José Velásquez o alguno más habilidoso que Cueto o Malasquez?
Después de haber superado con hechos concretos algunas falacias empiezo a pensar que no existe hoy un compositor más brillante que Mozart sólo porque Mozart vivió hace 200 años.
 Las generaciones de Pelé y Maradona fueron muy similares en cuanto a la capacidad física, aún cuando se haya marginalmente corrido más ¿se jugaba necesariamente mejor? ¿Hoy se juega mejor que hace 24 años?

La pregunta es ¿Qué harían Di Stefano, Cruyff y Pelé hoy en día con las pelotas que pesan menos de la mitad de lo que las antiguas, con el entrenamiento, las vitaminas y las atenciones médicas de ahora?

Para terminar la comparación les cuento que Benjamín Franklin inventó en el siglo XVIII un método para escoger la mejor alternativa entre varias posibles, con el tiempo el método  se mejoró y se denominó “Decisión Multi Variable”, el método sirve por ejemplo  para tomar una decisión como comprarse un automóvil, de hecho uno decide no sólo en función de una variable como el precio, sino de otras más como el rendimiento (km/galón), el espacio interior, el diseño, etc.

Los invito pues a definir 5 variables que sirvan para escoger al mejor futbolista de todos los tiempos y entiendo “mejor”, como en el caso del auto, a decidir por el que reúna las mejores condiciones considerando las variables relevantes para tal fin.



He pensado en:  1. Rapidez, 2. Técnica, 3. Gambeta o dribbling, 4. Juego aéreo, 5. Efectividad (gol y asistencias), esto es abierto y pueden pensar en otras que sean más o menos objetivas.

Entonces si comparo a Pelé y Maradona solamente en una, la número tres, claro si consideramos una sola pierna, Maradona podría ser mejor que Pelé.

Como no hay evidencia de que Pelé, Beckembauer, Fachetti, Müller, Jarizinho, Charlton, Cubillas y otros excelentes jugadores de 1970 no fueran tan rápidos o fuertes como Maradona, Burruchaga, Gascoigne, Voeller, Butragueño, concluyo que me queda  comparar las técnicas individuales y no las supuestas mejores características de rapidez y fuerza que no existen.

Maradona fue un excelente jugador pero la próxima vez que me digan que fue “mejor que Pelé” deberían decirme más bien: “No me importa lo que diga la ciencia o las estadísticas o los títulos o los records o las mejores características físicas y técnicas de Pelé, simplemente a mí me gustaba más y no admito opinión en contra, sea esta versada o no”. Y no hay problema porque como dice el dicho: "Sobre gustos y colores no han escrito los autores"


Con esto, el argumento falaz de muchos hinchas de decir que el que escoge a Pelé lo hace por envidia a la Argentina queda en penosa evidencia. Yo como todos tengo preferencias pero trato de no decir tan suelto de huesos “es el mejor”, prefiero decir “me gusta más” mientras no tenga pruebas para decir que es efectivamente el mejor. No porque prefiera un vino español a un francés odio a los franceses.

domingo, 15 de junio de 2014

¿Por qué es importante la educación?: La dinámica del crecimiento

Los Institutos de Estadísticas (IE) de todos los países asumen, porque en la práctica no hay otra salida, bastantes supuestos que permiten simplificar el cálculo de las Cuentas Nacionales y en especial del Producto Bruto Interno (PBI) de un país. Efectivamente, los IE realizan encuestas a un número determinado de empresas productoras de bienes y servicios y extrapolan el resultado a toda la población, como es lógico suponer, la muestra será representativa de los sectores productivos del país y asignará los pesos a los sectores económicos según corresponda, es decir si hay mil empresas encuestadas y en ese país se estima que la industria manufacturera representa el 30% de la producción total, serán 300 las empresas encuestadas que pertenezcan al rubro manufactura.

En este sentido, seguramente alguna vez hemos oído que los países pequeños crecen más que los grandes o lo que es lo mismo, que muestran una tasa de crecimiento de su PBI mayor que la de los países grandes…bueno cuando no están experimentando con alguna nueva “política económica” fuera de los libros y de toda lógica económica.

Imaginemos entonces que un país cualquiera es como un invernadero que se dedica exclusivamente a “producir” plantas, las que crecen en macetas. En el primer momento asumiremos que nuestra tecnología nos permite cultivar una sola planta en cada maceta. Por lo tanto, cada planta en una maceta se contabiliza en el cálculo de su (PBI)


Si en el año, digamos 2000, el invernadero (país) tiene una sola planta su PBI es de “uno”, si para el año 2001 el país logra producir otra planta su PBI ha crecido así:

(Producto año 2001 –Producto Año 2000)/ Producto Año 2000

Es decir (2-1)/1=1 o sea 100%

Si para el año 2002 logra producir otra planta tenemos que su PBI:

(Producto año 2002 –Producto Año 2001)/ Producto Año 2001)

Es decir (3-2)/2=1/2 o sea 50%

Si seguimos creciendo a razón de una planta por año, el 2003 habremos crecido (4-3)/3=1/3 o sea 33%, para el 2004 en (5-4)/4=1/4 o sea 25% y así sucesivamente.

Como seguro nos hemos dado cuenta, si producimos siempre lo mismo con el tiempo cada vez crecemos menos (a una tasa decreciente) por lo que también es evidente que crecer a tasas relativamente altas es cada vez más difícil.

Por lo tanto, los países (invernaderos) pequeños (que tienen pocas macetas con plantas) tienen una mayor posibilidad de crecer a tasas más altas que los países (invernaderos) grandes (que tienen muchas macetas con plantas)

Entonces, si el país es un invernadero que se está llenando de macetas con una planta cada una, la única manera de crecer a tasas relativamente altas por largo tiempo es inventar un nuevo método de producción (tecnología) que permita desarrollar más de una planta por maceta y esto, en el argot económico es aumentar la productividad, es decir producir más (plantas) con los mismos recursos (macetas), de repente una nueva semilla o abonos más potentes.

En cierto punto será físicamente imposible desarrollar más plantas dentro de una maceta y eventualmente el invernadero se encontrará lleno de macetas, cuando esto suceda habrá que idear una nueva manera (tecnología) que permita cultivar las plantas sin necesidad de macetas, por ejemplo con Hidroponía.

En resumen, en el largo plazo altas tasas de crecimiento del producto ya no se pueden obtener con recursos físicos (materias primas, espacio disponible, etc.) sino solamente a través de mejoras en la productividad, es decir consiguiendo mayor cantidad de producto con los mismos insumos.


Los estudios teóricos y empíricos han encontrado una altísima correlación entre una mejor educación y mejoras en la productividad, es por eso que los países que piensan en el futuro invierten en la educación. En resumen, no esperemos que se llene nuestro invernadero para invertir en y exigir una educación de calidad.

domingo, 8 de junio de 2014

¿Qué pasará con el dólar?: Los verdaderos fundamentos del Tipo de Cambio

La mayor cantidad de veces que leo algún artículo en la prensa, sea convencional o especializada, en que se trata la condición actual y futura del Tipo de Cambio (TC) se mencionan de manera poco sistemática varios factores explicativos, la mayoría de los cuales sólo surten un efecto coyuntural y pequeño sobre él.


Uno no tendría que ser Economista para acceder a una explicación basada en “fundamentos”,  que como traté en el post pasado acerca de la muy probable burbuja inmobiliaria en el Perú, son variables que explican el comportamiento en el mediano y largo plazo de alguna variable relevante.

En este caso, la variable Tipo de Cambio, tiene también variables explicativas fundamentales que marcan su trayectoria de mediano y largo plazo y no los hipos puramente coyunturales que solemos ver con preocupación al inicio y con aburrimiento luego, apenas desaparecen.

Lamento decepcionar a algunos que podrían creer que los resultados de la bolsa de valores o la renuncia de algún funcionario público importante tienen algún efecto importante o permanente sobre el Tipo de Cambio pero no es así.

De hecho recuerdo cuando hace unos meses, el anuncio de la Reserva Federal de los EEUU (FED) de disminuir paulatinamente y a partir del 2015 la emisión de dólares produjo aparentemente una subida del dólar más o menos considerable pero que finalmente duró sólo unos pocos días.

Más que la política monetaria de la FED que incluso ni siquiera se concretó, sino que era sólo un anuncio de una medida futura, fue la pura y simple especulación de los agentes que tomaron coberturas de riesgo excesivas la que hizo subir temporalmente el TC.

Para saber cómo se comportará el TC en el mediano y largo plazo de acuerdo a sus “fundamentos” necesitamos asumir dos supuestos principales, uno que en el largo plazo el TC se ajusta por la variación en los niveles de precios de los países en cuestión (a los que se refiere este TC), esto es simplemente E=P/P* donde E es el TC, P el nivel de precios del país A y P* el nivel de precios del país B, este es el supuesto de paridad de poder de compra (PPC) que significa que si en el país A una canasta de bienes cuesta aproximadamente 250 de sus unidades monetarias (u.m.) y en el país B 100 de sus respectivas u.m., entonces el TC entre los dos países debería ser aproximadamente 2.5 u.m. de A por cada u.m. de B.

En efecto, si el TC no respondiera a este principio lo que tendríamos son movimientos de divisas de un país a otro que igualarían finalmente el TC a esta ecuación, ejemplo si el TC fuera en algún momento de 3 u.m. la gente de B encontraría más barato comprar en A puesto que por una u.m. de B le darían 3 de A, no solo lo suficiente para comprar los mismos bienes si no con un excedente de 0.5 por cada u.m. es decir podría comprar más bienes en el país A, con lo cual al ser mejor importar de A, las divisas de B viajarían a A para este propósito. Al llegar más y más u.m. del país B, estas bajarían su valor igualando el TC con el supuesto de paridad a 2.5.

El segundo supuesto es la ecuación cuantitativa del dinero MV=PY del país A, donde “M” es la cantidad de dinero, “V” es la velocidad de circulación del mismo (cuántas veces se transa una u.m. en un período de tiempo determinado), “P” el nivel de precios y, “Y” el PBI real (cantidad de bienes producidos en el período).

La ecuación significa que la cantidad de dinero multiplicada por el número de transacciones que ejecuta en un período de tiempo es igual al valor de la producción del país en ese mismo período, es simplemente pero poderosamente a la vez, una identidad contable.

Por lo tanto también existe M*V*=P*Y* del país B.

Si combinamos los dos supuestos principales simplemente reemplazando una expresión en otra obtenemos la ecuación que explica el movimiento del TC en el mediano y largo plazo en función de variables “fundamentales”:

E=M/M*.Y*/Y.V/V*

Si nos referimos concretamente al TC sol por dólar (E), que al momento de escribir este post es aproximadamente 2.80 soles por dólar, entonces podemos ver que EEUU emite desde hace unos cuantos años mucho más M* que lo que Perú emite M (el llamado “Quantitative Easing”), como M* está en el denominador toda la expresión disminuye, es decir ha existido y existirá (aún por un tiempo considerable) una presión hacia abajo del TC en S/. por $, es decir de 2.80 a 2.75 y hacia abajo.

Como es evidente Y* o el PBI de EEUU crece menos que Y o el PBI de Perú, esto también presiona hacia abajo el TC. Tanto V como V* son muy estables y al no moverse en términos relativos, su efecto es casi nulo.

Cualquier otra medida de política económica o suceso coyuntural que no afecte de manera real y sustantiva a las cantidades de dinero o las tasas de crecimiento de ambos países pues no tendrá efecto alguno sobre el TC. Lo que realmente afecta al TC no son estos sucesos coyunturales sino la especulación de los agentes que sin fundamentos no puede hacerse permanente.

En conclusión, la próxima vez que veamos una noticia que dice que el mundial de fútbol tendrá efectos sobre el TC soles por dólar recordemos esta simple ecuación y dejemos que sean otros los que salgan a tomar coberturas contra situaciones que si se dan serán tan efímeras y superficiales como muchos de los comentarios que lamentablemente aparecen en algunos medios de comunicación.


En los próximos años, salvo hipos especulativos de muy corto plazo, la tendencia marca que el dólar siga bajando muy lentamente o se mantenga en niveles por debajo de 3 soles por dólar.

martes, 3 de junio de 2014

El BCR y la Burbuja inmobiliaria: ¡Por favor dime que no!

Acabo de revisar el artículo “Precios de viviendas en Lima” de Fabrizio Orrego publicado en la serie de Documentos de Trabajo de Mayo 2014 del Banco Central de Reserva del Perú.  En el mismo, el autor señala haber estimado la relación de equilibrio entre el precio por m2 de las viviendas en Lima y sus supuestos fundamentos macroeconómicos desde 1998.I hasta 2013.IV.
Asimismo, señala como variables fundamentales a los términos de intercambio, la cuenta corriente, el crédito hipotecario, el índice de imperio de la ley, la demografía y la capitalización bursátil, los que según su estimación resultan significativos y con los signos esperados. Menciona además que la evidencia demostraría que el precio por m2 de las viviendas no se encontraría desalineado con respecto a sus fundamentos, a pesar del incremento observado durante los últimos años.
“Variables fundamentales” son aquellas que definen el comportamiento de largo plazo de otras variables a las que se quiere explicar. En este sentido, el autor utiliza la variable Crédito Hipotecario Total (como % del PBI) como variable que sería “fundamental” en explicar no el crecimiento temporal del precio de las viviendas lo que resulta obvio, sino en determinar una línea de precio de largo plazo o sea una tendencia basada en los “fundamentos” de ese mercado.

He revisado alguna bibliografía al respecto y autores que anticiparon la burbuja inmobiliaria en EEUU tales como Shiller, Gallin y Case identifican como variables fundamentales explicativas del precio de los inmuebles al ingreso, los costos de construcción, la tasa de crecimiento de la población, costos de mantenimiento de los hogares (servicios e impuestos) y la “tasa” de interés de créditos hipotecarios. Por otro lado, un excelente trabajo del 2009 de Vyacheslav Mikhed y Petr Zemčík del Center for Economic Research and Graduate Education de la Academia de Ciencias de la República Checa, utilizando data panel (es decir una mezcla se series de tiempo y data a nivel micro o individual), identifica como variables fundamentales al precio de los alquileres, el índice de precios al consumidor, los costos de construcción, el ingreso, la tasa de crecimiento de la población y las tasas de interés de créditos hipotecarios; prueban su modelo y obtienen resultados bastante robustos.
No voy a entretenerme discutiendo acerca del sustento de las demás variables a excepción del crédito pues su importancia resulta evidente, ejemplo cualquiera que haya llevado al menos un curso de introducción a la Economía sabe que el consumo depende del Ingreso, es decir puedo comprar lo que puedo pagar con mi ingreso pero en el caso del Crédito, y en este punto precisamente, todos los autores mencionados señalan la “tasa” de interés y no al “Crédito” en sí mismo como variable fundamental, y esto resulta evidente. Para demostrarlo voy a utilizar un ejemplo.
Si quiero comprarme un televisor nuevo para ver el mundial y no me alcanza para pagarlo con mi ingreso podría pedir un crédito que me permita comprarlo pero para que me den el crédito, el banco o lo que sea que me preste el dinero ha de comprobar primero que puedo repagarlo, es decir, en el agregado de tiempo que considere (en este caso el tiempo de repago del préstamo) mi flujo de ingresos ha de poder pagar el crédito total o sea capital e intereses. Entonces, en el mediano o largo plazo no puedo comprar nada más allá de lo que mi ingreso permita, de hecho, el crédito me permite pagar por algo en partes pero ese algo sólo podré comprarlo si mi ingreso acumulado lo permite. Si gano dos mil soles y quiero comprarme un pent-house con vista al Golf de San Isidro, primero es muy difícil que consiga el crédito, y segundo, si es que eventualmente lo consigo es casi seguro que de no aumentar considerablemente mis ingresos no podré pagarlo.
En este orden de ideas, en un período de tiempo determinado sólo podré comprar lo que mi ingreso real y no el crédito, me permita, ejemplo de nuevo, si gano 2 mil soles y me dan 14 sueldos al año, en 20 años habré ganado 560 mil soles con lo que es imposible que logre pagar un crédito por una cantidad mayor a esa, aún más los bancos suelen otorgar préstamos sólo cuando la cuota mensual es menor al 30% de los ingresos mensuales.
El autor del documento de trabajo del BCR usa el crédito total como variable explicativa, de hecho si analizo la correlación entre la variable crédito total y el precio de los inmuebles esta evidentemente existe en el corto plazo porque un aumento del volumen agregado del crédito se relaciona con aumentos de los precios de los inmuebles pero en el largo plazo no lo puede explicar porque sólo puedo comprar lo que mi ingreso me permite, por el contrario, como señalan los autores citados al inicio, la tasa de interés del crédito si es fundamental (sobre todo en los países con alta bancarización o donde el crédito es muy utilizado), esto porque una tasa consistentemente más baja durante largos períodos puede impulsar la demanda y por consiguiente los precios de los inmuebles (y viceversa).
Ahora saquemos un poco de cuentas, si los ingresos reales han crecido 8% en los últimos 6 años pero los precios de los inmuebles más de 100% es evidente que hay otras variables que han empujado los precios hacia arriba, si esas variables no son las fundamentales pues estamos en problemas (o sea hay burbuja), veamos pues una a una las variables fundamentales que faltan, en primer lugar el precio de los alquileres, este puede haber aumentado pero depende básicamente de la demanda y en los Niveles Socio Económicos (NSE) A y B no hay déficit de vivienda con lo que no se explicaría un aumento desmesurado (salvo que se vinieran a vivir al Perú cientos de miles de ciudadanos pudientes de países ricos) entonces esta variable está descartada; luego el índice de precios al consumidor que a razón de 3% de inflación anual nos da 19% acumulado en 6 años, descartado; los costos de construcción, si se han elevado tremendamente pero esto es una especie de razonamiento circular, los precios crecen si la demanda crece pero esta sólo crece en el mediano y largo plazo si el ingreso crece, descartado (esta variable se usa en EEUU o Europa por las condiciones de urbanización, que aquí como sabemos, bueno mejor lo dejo ahí); finalmente, la tasa de crecimiento de la población es de 1,6% anual aproximadamente por lo que con migración neta positiva (más gente se va que la que viene) debe haber crecido modestamente en menos de 10% (que es el acumulado en 6 años).
En conclusión, los ingresos reales, la población, los alquileres, la inflación han aumentado muchísimo menos que los precios de los inmuebles, entonces no importa cuántos términos elegantes o complicados se usen, cuántas técnicas econométricas se prueben, estas siguen dependiendo de los supuestos de partida, y si suponemos que es el crédito total y no la tasa de interés del crédito lo que define el precio de los inmuebles en el largo plazo pues estamos sólo adornando la fachada de una casa vacía. Ya con respecto a la capitalización bursátil, cuya importancia como porcentaje del PBI y como impulsor del mercado inmobiliario en el Perú es muy pero muy pequeña, sería ocioso abundar.

Contribuyendo con Shiller me atrevería a decir: “Lo que define una burbuja es precisamente la negación pública y continua de su existencia”.

lunes, 26 de mayo de 2014

¿Por qué los músicos del Titanic seguían tocando?: El poder de la palabra

Seguramente más de una vez nos hemos preguntado: ¿Por qué las autoridades, sobre todo los presidentes y  Ministros, siempre dan mensajes exageradamente positivos aún en situaciones críticas?, incluso a veces  los hemos visto parecerse a los músicos del “Titanic” que seguían tocando sin que nadie los escuche porque todos estaban tratando de salvarse del naufragio.

En el post anterior “El poder de la información” vimos como la teoría de las “Expectativas Racionales” de Lucas ayudó a explicar porque las políticas económicas sistemáticamente utilizadas por el gobierno podían fracasar estrepitosamente si las personas las anticipaban por completo y que en el extremo podían ser eficaces solo cuando eran completamente sorpresivas.
En el modelo de Lucas si la información en poder de las personas era correcta, las políticas económicas terminaban siendo ineficaces y el equilibrio final sería producto de la actuación egoísta y “racional” de los agentes, por ejemplo, si durante una recesión el gobierno pretendía bajar la tasa de interés para incentivar la inversión, los agentes anticipando esto retirarían masivamente sus ahorros haciéndola subir, ahondando con esto la recesión, los agentes harían esto porque así optimizarían su comportamiento individual al cambiar sus ahorros por otros activos más rentables, es decir seguirían un patrón “racional” en términos económicos. En concreto, las conclusiones de Lucas implicaban para las autoridades simplemente sentarse a observar como las cosas pasaban.
Sin embargo, como también vimos en ese mismo post, los hacedores de política económica siguen vivos y activos, y las políticas económicas siguen funcionando aunque sea medianamente bien, una explicación plausible a esto y al porque de los mensajes positivos viene a continuación.
El modelo de Lucas, como la mayoría de los modelos de equilibrio general usados a partir de los años 70, tenía como fin explicar sus variables endógenas (aquellas para las que buscaba explicación, por ejemplo el crecimiento del PBI) en función de otras variables llamadas “fundamentales”, es decir variables de tipo microeconómico como las preferencias, la tecnología y la dotación de factores, variables estas que debían ser supuestamente irrebatibles como fuentes de explicación desde que la crítica a modelos macroeconómicos previos era precisamente su falta de supuestos microeconómicos y por tanto su lejanía con los “fundamentos” de la Economía.
Basados en gran medida en el concepto de expectativas racionales y en el modelo de Lucas, Roger Farmer y  Michael Woodford publicaron en 1984 un brillante artículo titulado “Self-Fulfilling Prophecies and the Business Cycle”, algo así como “Profecías auto cumplidas y el ciclo económico”. En este trabajo, los autores exploran otros probables equilibrios desechados anteriormente por Lucas en su modelo, equilibrios en los que las variables endógenas terminaban siendo explicadas por otras variables diferentes a las fundamentales y con las que aparentemente no guardaban relación intrínseca, equilibrios en los que los agentes económicos actuaban de una manera aparentemente irracional, es decir no optimizando su comportamiento, lo cual parecía ser a todas luces absurdo.
Lo que Lucas no vio, o no quiso ver, cobra gran valor en manos de Farmer y Woodford, estos últimos determinaron en su trabajo que estos equilibrios desechados por Lucas podían verificarse, y de hecho se verificaban empíricamente en situaciones concretas, es decir, se observaban equilibrios en los que las políticas del gobierno eran al menos parcialmente eficaces y en los que los agentes económicos parecían comportarse de modo “irracional” es decir de manera no egoísta. Por ejemplo, ante una recesión podían dejar sus ahorros en el banco aún con una tasa de interés menor, dado que el mensaje del gobierno invocaba a la participación de sus ciudadanos para salir de la crisis, esto aunque contrario a sus intereses particulares no los hacía desistir de sus decisiones contradiciendo las explicaciones de la hasta ese entonces teoría económica convencional.
Farmer y Woodford encontraron que el concepto de expectativas racionales de Lucas era incompleto y que a la “información” de su modelo parecían sumarse factores como las normas sociales y otros más a los que Keynes en los años 30 denominó como “Espíritus Animales”, esto con el fin de expresar que las personas no actuaban sólo movidas por su interés particular y que el proceso de toma de decisiones era mucho más complejo de lo que se pensaba.
Hoy, después de muchos estudios sabemos que factores como los prejuicios, los sentimientos de reciprocidad, deseos de aumentar el bienestar social, y otros como el odio, la envidia, etc., condicionan en gran medida la toma de decisiones individual y que hay también factores considerables que mueven la sicología de masas, es decir las variables agregadas. Como bien sabemos, mensajes nacionalistas o que exaltan los más primarios sentimientos se han dado y se dan en las guerras y en las situaciones de crisis más variadas.
El modelo de Farmer y Woodford predice de algún modo que lo que los agentes económicos crean o quieran creer tiene una importancia fundamental en los resultados agregados, de ahí su nombre de “Profecías auto cumplidas”. Por ejemplo, si los agentes creen que sacrificar parte de sus ganancias individuales manteniendo sus ahorros en los bancos, aún a pesar de la baja en la tasa de interés, traerá beneficios al país, acatarán la política económica y esta tendrá los resultados esperados de estimular la inversión y por tanto el crecimiento. El mensaje, y sobre todo la credibilidad del emisor del mensaje cobran inusual importancia. Un gobierno que recién empieza, que ha sido elegido por amplia mayoría y que viene de una elección relativamente ejemplar, es decir con legitimidad y sin tantos detractores tiene muchas mayores posibilidades de enfrentar una crisis anunciando sus políticas y sobre todo explicando correctamente la necesidad de las mismas a la gente, si la mayoría de personas cree que se puede salir de la recesión y por tanto ahorra, y los empresarios creen que se puede salir de la recesión y por lo tanto invierten es muy probable que se tenga éxito.
Por el contrario, un gobierno impopular, deslegitimado o que está de salida tiene muchas menos probabilidades de ejecutar políticas económicas exitosas, en este sentido recordemos los fallidos intentos de ajuste fiscal del primer gobierno aprista o las también fallidas políticas contra cíclicas del segundo gobierno de Fujimori. Las palabras y los gestos adecuados de las autoridades, en las circunstancias adecuadas, tienen un poder extraordinario, de ahí el valor de los músicos del Titanic o de las palabras de los gobernantes, claro cuando es evidente que el barco no se está hundiendo.

jueves, 15 de mayo de 2014

El poder de la información


Imaginemos un país en el que la tasa de interés de referencia del Banco Central BC es de 4.5%, así supongamos también que los bancos privados de ese país tienen una tasa promedio de aproximadamente 5%, ambas tasas son similares porque el BC realiza operaciones de mercado, es decir compra y venta de valores con los bancos privados de tal manera que estas operaciones conduzcan a las tasas privadas a la tasa deseada que es precisamente la de referencia.
Si la tasa activa promedio de los bancos es 5%, todos los proyectos con una Tasa Interna de Retorno (TIR o tasa de rendimiento) por debajo de 5% no serían rentables y por lo tanto no se llevarían a cabo, es decir su inversión no llegaría a concretarse.
Supongamos que un grupo grande de esos proyectos tienen una TIR de 4% por lo tanto, si la tasa de interés promedio de los bancos bajara a digamos 3%, estos proyectos se convertirían automáticamente en rentables con lo que la inversión aumentaría, en efecto la tasa de interés posee un efecto poderoso sobre el nivel de inversión de la economía aunque claro no es el único capaz de afectarlo.
Ahora nos damos cuenta de que la tasa de referencia del BC constituye una poderosa herramienta de política económica y de hecho es la más utilizada en el mundo. En efecto, cuando la tasa de crecimiento del PBI empieza a caer por debajo de su potencial, el Banco Central suele reducir su tasa de interés de referencia para tratar de estimular la inversión y con esto impulsar la tasa de crecimiento del PBI para acercarla otra vez a su nivel potencial, y cuando el PBI empieza a crecer más allá de su potencial y esto puede traer presiones inflacionarias (por exceso de demanda) pues aumenta la tasa de referencia para tratar de “enfriar” un poco la economía.
Robert E. Lucas, uno de los Economistas más influyentes y ganador del Nobel de Economía en solitario (lo cual ha ocurrido pocas veces), tiene aportes fundamentales a la Ciencia Económica, uno de ellos es el de sistematizar el uso del concepto de “expectativas racionales”, este marco de análisis asume que las personas en su proceso de toma de decisiones son capaces de analizar toda la información disponible, sea presente o pasada y que por tanto cualquier acción del gobierno que no sea absolutamente sorpresiva, está condenada al fracaso, ya que las personas, en pleno dominio de la información y con un esquema mental muy claro, la anticipan por completo.
Un ejemplo sencillo de la aplicación del concepto se puede ver precisamente con la tasa de interés que como hemos visto líneas arriba, es el principal instrumento de política monetaria en casi todo el mundo. Según las expectativas racionales de Lucas, las personas pueden verse sorprendidas por la alteración en la tasa de referencia del BC la primera vez pero si la política se hace sistemática, las personas la anticiparán.
Por ejemplo, si la tasa de crecimiento del PBI está por debajo de su potencial, y esto es información pública ya que sabemos que en el caso de Perú es de aproximadamente 6%, sabemos también que el BC tratará de estimular la economía reduciendo la tasa de referencia y con esto inducir a una baja en la tasa de los bancos privados, de este modo los ahorristas (personas y empresas) sabiendo que esto significa pagarles menos por su dinero preferirán anticiparse y retirarlo e invertirlo en cualquier otra cosa pero resulta que como la tasa de interés es el precio del dinero y que por lo tanto cuando abunda cuesta poco (la tasa de interés es baja) y cuando escasea cuesta más (la tasa de interés es mayor) ante una menor liquidez en los bancos la tasa tenderá a subir contrarrestando la política del BC que la quería bajar.
La pregunta es entonces ¿Es efectiva o no la tasa de referencia como instrumento de política monetaria?, y la respuesta es que sí aunque dependiendo de varios otros factores, el primero es que no es cierto que todos los agentes tomemos decisiones basados en toda la información disponible, de hecho está comprobado vía múltiples experimentos que ni los Chief Executive Officer (CEO) de las más grandes empresas toman sus decisiones de acuerdo a un marco de análisis totalmente exento de prejuicios, emociones o sentimientos; segundo que existe mucha información de la que no disponemos; tercero que no sólo importa la tasa de interés en una decisión de inversión ya que las expectativas futuras y otros factores también la explican; y cuarto y final, que la credibilidad del BC es fundamental en definir la influencia de la tasa de referencia en las tasas privadas, es decir que si por ejemplo el BC dice que no hay problema y que no tocará la tasa de referencia pero se tiene un crecimiento mucho menor al esperado, su palabra no es necesariamente de fiar.
A pesar de no ser un esquema de análisis perfecto, las expectativas racionales ayudaron a explicar (al menos parcialmente) porque las políticas económicas sumamente intervencionistas fracasaban muchas veces, si no recordemos los EEUU en los años 70 durante un largo período de alto desempleo y alta inflación (estanflación), o el Perú de la segunda mitad de los 80 en que la credibilidad del BC era prácticamente nula y por tanto los varios intentos de ajuste como el de 1988 no tuvieron el efecto deseado de contener la hiperinflación. En resumen, las “expectativas racionales” nos muestran el “poder de la información”. En el próximo post exploraré teorías más recientes que explican de manera muy interesante las decisiones de inversión y los ciclos económicos.

martes, 6 de mayo de 2014

La "Batalla de los sexos"

En Teoría de Juegos hay un juego denominado “La batalla de los sexos”, que en realidad no es algo tan dramático como su nombre lo indica, sino más bien una demostración del poder de la cooperación en juegos repetidos, es decir de la posibilidad que tienen dos jugadores de pactar tácita o explícitamente para alcanzar resultados satisfactorios en varios juegos que se repiten en el tiempo.
El ejemplo concreto es el de una pareja a quienes llamaremos Nadia y Omar, quienes van a salir el domingo pero obviamente cada uno tiene sus preferencias, digamos que a Omar le gustaría ir al fútbol y a Nadia al Cine, el siguiente cuadro presenta las ganancias o la utilidad que les representa cada una de las 4 situaciones posibles:
El primer recuadro de la izquierda y superior muestra que tan satisfechos se sienten si ambos van al cine, el 1,2 que aparece en el mismo expresa las “ganancias” de ambos jugadores, siendo el primer número la “ganancia” del primer jugador o el que se encuentra en las filas, y el segundo número la “ganancia” del segundo jugador que se encuentra en las columnas; esto significa que Omar tiene una “ganancia” de 1 y que Nadia tiene una “ganancia” de 2, evidentemente quien más gana es Nadia pues ella prefiere ir al Cine, si nos movemos a la derecha observamos que si Omar se va al Cine y Nadia al Fútbol ambos tienen una ganancia de “cero” pues evidentemente les gusta mucho estar acompañados y no tienen “ganancias” si van por separado, lo mismo pasa en el recuadro de la izquierda inferior en el que Omar se va al fútbol y Nadia al cine, es decir separados no la pasan bien.
Finalmente, en el recuadro de la derecha inferior vemos que al ir ambos al fútbol, la que “gana” menos es Nadia con 1 pero Omar está mejor con 2. Este juego tiene dos equilibrios de Nash, es decir dos situaciones posibles en las que cada jugador elige su mejor estrategia, sabiendo que el otro jugador hará lo mismo, estos dos equilibrios son que ambos vayan al Cine o que ambos vayan al Fútbol, lo que lo hace particular es que ambos equilibrios son diferentes en el sentido de que Omar tiene una mayor “ganancia” en uno pero menor en el otro y para Nadia igual. Me explico, si el juego se jugara sólo una vez habría que ver quién cede, ya todos nos estamos imaginando que si el cortejo recién comienza, será seguramente el hombre quien ceda, probablemente esperando un acto recíproco de la mujer en el futuro.
Sin embargo, puede ser un problema para Omar si cede también una segunda, tercera y finalmente todas las veces, Nadia ha de pensar que desde que están juntos a Omar no le gusta más el fútbol o se da cuenta perfectamente que ejerce un control o poder sobre él haciéndolo renunciar al fútbol. Obviamente la reciprocidad no está reñida con la caballerosidad y bien podrían ir un fin de semana al cine y otro al fútbol y así tranquilos los dos, al menos mientras dure la relación. En esto radica el poder de la cooperación, si ambos se ponen de acuerdo (sea tácita o explícitamente) las “ganancias” acumuladas en todas las veces que el juego se repita deberían ser iguales.
La pregunta es entonces ¿Por qué dos jugadores “racionales” pueden no jugar este juego con estrategias alternadas que les permitan repartir equitativamente las ganancias en el largo plazo?, la respuesta es que la “racionalidad” en términos económicos tradicionales implica que los jugadores sólo analizan las “ganancias” visibles o evidentes pero que en realidad lo que para uno de los jugadores parece ser una ganancia de 2 de su compañero, para el compañero puede representar incluso mucho más que 2 y para el que supuestamente gana 1, esto puede ser incluso una pérdida, me explico, si Nadia por ejemplo odia a la familia de Omar y sobre todo al Papá de Omar, y resulta que el Papá de Omar es un amante del fútbol y fue quien inculcó en Omar la pasión por este deporte, Nadia puede sentir satisfacción en mostrar que Omar prefiere ir con ella al Cine una y otra vez, tratando con esto de castigar al Papá de Omar, aún cuando intencionalmente o no también castigue con esto a Omar. Finalmente Nadia puede sentir que “gana” más de 2 y Omar sentir que ni siquiera “gana” ese 1 si no que pierde con esta decisión de ceder.
Nadia puede estar causando un daño premeditado o no a Omar, y ese tipo de situaciones suelen traer problemas en las relaciones en el largo plazo, excepto si Omar se siente satisfecho cediendo continuamente, lo que resulta difícil de entender pero que siempre puede encontrar una explicación sicológica específica.

En concreto, las personas somos muy complicadas y tratar de entenderlas con herramientas de teoría convencional a veces no es posible, la Economía hoy se enriquece con la ayuda de la Neuro-Ciencia y la Sicología para tratar de entender la toma de decisiones de los seres humanos que es sumamente compleja debido a nuestros prejuicios, preferencias particulares, sentimientos de odio, amor, altruismo, reciprocidad, etc.
Eso sí, cualquier parecido con cualquier familia del Perú y del mundo es pura coincidencia, esto es sólo un ejemplo de Teoría de Juegos, ah y el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
En todo caso siempre vale recordar con humor aquel dicho: En el matrimonio, el hombre siempre tiene la última palabra…”lo que tu digas mi amor”.