jueves, 15 de mayo de 2014

El poder de la información


Imaginemos un país en el que la tasa de interés de referencia del Banco Central BC es de 4.5%, así supongamos también que los bancos privados de ese país tienen una tasa promedio de aproximadamente 5%, ambas tasas son similares porque el BC realiza operaciones de mercado, es decir compra y venta de valores con los bancos privados de tal manera que estas operaciones conduzcan a las tasas privadas a la tasa deseada que es precisamente la de referencia.
Si la tasa activa promedio de los bancos es 5%, todos los proyectos con una Tasa Interna de Retorno (TIR o tasa de rendimiento) por debajo de 5% no serían rentables y por lo tanto no se llevarían a cabo, es decir su inversión no llegaría a concretarse.
Supongamos que un grupo grande de esos proyectos tienen una TIR de 4% por lo tanto, si la tasa de interés promedio de los bancos bajara a digamos 3%, estos proyectos se convertirían automáticamente en rentables con lo que la inversión aumentaría, en efecto la tasa de interés posee un efecto poderoso sobre el nivel de inversión de la economía aunque claro no es el único capaz de afectarlo.
Ahora nos damos cuenta de que la tasa de referencia del BC constituye una poderosa herramienta de política económica y de hecho es la más utilizada en el mundo. En efecto, cuando la tasa de crecimiento del PBI empieza a caer por debajo de su potencial, el Banco Central suele reducir su tasa de interés de referencia para tratar de estimular la inversión y con esto impulsar la tasa de crecimiento del PBI para acercarla otra vez a su nivel potencial, y cuando el PBI empieza a crecer más allá de su potencial y esto puede traer presiones inflacionarias (por exceso de demanda) pues aumenta la tasa de referencia para tratar de “enfriar” un poco la economía.
Robert E. Lucas, uno de los Economistas más influyentes y ganador del Nobel de Economía en solitario (lo cual ha ocurrido pocas veces), tiene aportes fundamentales a la Ciencia Económica, uno de ellos es el de sistematizar el uso del concepto de “expectativas racionales”, este marco de análisis asume que las personas en su proceso de toma de decisiones son capaces de analizar toda la información disponible, sea presente o pasada y que por tanto cualquier acción del gobierno que no sea absolutamente sorpresiva, está condenada al fracaso, ya que las personas, en pleno dominio de la información y con un esquema mental muy claro, la anticipan por completo.
Un ejemplo sencillo de la aplicación del concepto se puede ver precisamente con la tasa de interés que como hemos visto líneas arriba, es el principal instrumento de política monetaria en casi todo el mundo. Según las expectativas racionales de Lucas, las personas pueden verse sorprendidas por la alteración en la tasa de referencia del BC la primera vez pero si la política se hace sistemática, las personas la anticiparán.
Por ejemplo, si la tasa de crecimiento del PBI está por debajo de su potencial, y esto es información pública ya que sabemos que en el caso de Perú es de aproximadamente 6%, sabemos también que el BC tratará de estimular la economía reduciendo la tasa de referencia y con esto inducir a una baja en la tasa de los bancos privados, de este modo los ahorristas (personas y empresas) sabiendo que esto significa pagarles menos por su dinero preferirán anticiparse y retirarlo e invertirlo en cualquier otra cosa pero resulta que como la tasa de interés es el precio del dinero y que por lo tanto cuando abunda cuesta poco (la tasa de interés es baja) y cuando escasea cuesta más (la tasa de interés es mayor) ante una menor liquidez en los bancos la tasa tenderá a subir contrarrestando la política del BC que la quería bajar.
La pregunta es entonces ¿Es efectiva o no la tasa de referencia como instrumento de política monetaria?, y la respuesta es que sí aunque dependiendo de varios otros factores, el primero es que no es cierto que todos los agentes tomemos decisiones basados en toda la información disponible, de hecho está comprobado vía múltiples experimentos que ni los Chief Executive Officer (CEO) de las más grandes empresas toman sus decisiones de acuerdo a un marco de análisis totalmente exento de prejuicios, emociones o sentimientos; segundo que existe mucha información de la que no disponemos; tercero que no sólo importa la tasa de interés en una decisión de inversión ya que las expectativas futuras y otros factores también la explican; y cuarto y final, que la credibilidad del BC es fundamental en definir la influencia de la tasa de referencia en las tasas privadas, es decir que si por ejemplo el BC dice que no hay problema y que no tocará la tasa de referencia pero se tiene un crecimiento mucho menor al esperado, su palabra no es necesariamente de fiar.
A pesar de no ser un esquema de análisis perfecto, las expectativas racionales ayudaron a explicar (al menos parcialmente) porque las políticas económicas sumamente intervencionistas fracasaban muchas veces, si no recordemos los EEUU en los años 70 durante un largo período de alto desempleo y alta inflación (estanflación), o el Perú de la segunda mitad de los 80 en que la credibilidad del BC era prácticamente nula y por tanto los varios intentos de ajuste como el de 1988 no tuvieron el efecto deseado de contener la hiperinflación. En resumen, las “expectativas racionales” nos muestran el “poder de la información”. En el próximo post exploraré teorías más recientes que explican de manera muy interesante las decisiones de inversión y los ciclos económicos.

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