La mayor cantidad de veces que leo algún artículo en la
prensa, sea convencional o especializada, en que se trata la condición actual y
futura del Tipo de Cambio (TC) se mencionan de manera poco sistemática varios
factores explicativos, la mayoría de los cuales sólo surten un efecto
coyuntural y pequeño sobre él.
Uno no tendría que ser Economista para acceder a una explicación
basada en “fundamentos”, que como traté
en el post pasado acerca de la muy probable burbuja inmobiliaria en el Perú,
son variables que explican el comportamiento en el mediano y largo plazo de
alguna variable relevante.
En este caso, la variable Tipo de Cambio, tiene también
variables explicativas fundamentales que marcan su trayectoria de mediano y
largo plazo y no los hipos puramente coyunturales que solemos ver con
preocupación al inicio y con aburrimiento luego, apenas desaparecen.
Lamento decepcionar a algunos que podrían creer que los
resultados de la bolsa de valores o la renuncia de algún funcionario público
importante tienen algún efecto importante o permanente sobre el Tipo de Cambio
pero no es así.
De hecho recuerdo cuando hace unos meses, el anuncio de la
Reserva Federal de los EEUU (FED) de disminuir paulatinamente y a partir del
2015 la emisión de dólares produjo aparentemente una subida del dólar más o
menos considerable pero que finalmente duró sólo unos pocos días.
Más que la política monetaria de la FED que incluso ni
siquiera se concretó, sino que era sólo un anuncio de una medida futura, fue la
pura y simple especulación de los agentes que tomaron coberturas de riesgo excesivas
la que hizo subir temporalmente el TC.
Para saber cómo se comportará el TC en el mediano y largo
plazo de acuerdo a sus “fundamentos” necesitamos asumir dos supuestos
principales, uno que en el largo plazo el TC se ajusta por la variación en los
niveles de precios de los países en cuestión (a los que se refiere este TC),
esto es simplemente E=P/P* donde E es el TC, P el nivel de precios del país A y
P* el nivel de precios del país B, este es el supuesto de paridad de poder de
compra (PPC) que significa que si en el país A una canasta de bienes cuesta
aproximadamente 250 de sus unidades monetarias (u.m.) y en el país B 100 de sus
respectivas u.m., entonces el TC entre los dos países debería ser
aproximadamente 2.5 u.m. de A por cada u.m. de B.
En efecto, si el TC no respondiera a este principio lo
que tendríamos son movimientos de divisas de un país a otro que igualarían
finalmente el TC a esta ecuación, ejemplo si el TC fuera en algún momento de 3
u.m. la gente de B encontraría más barato comprar en A puesto que por una u.m.
de B le darían 3 de A, no solo lo suficiente para comprar los mismos bienes si
no con un excedente de 0.5 por cada u.m. es decir podría comprar más bienes en
el país A, con lo cual al ser mejor importar de A, las divisas de B viajarían a
A para este propósito. Al llegar más y más u.m. del país B, estas bajarían su
valor igualando el TC con el supuesto de paridad a 2.5.
El segundo supuesto es la ecuación cuantitativa del
dinero MV=PY del país A, donde “M” es la cantidad de dinero, “V” es la
velocidad de circulación del mismo (cuántas veces se transa una u.m. en un
período de tiempo determinado), “P” el nivel de precios y, “Y” el PBI real
(cantidad de bienes producidos en el período).
La ecuación significa que la cantidad de dinero
multiplicada por el número de transacciones que ejecuta en un período de tiempo
es igual al valor de la producción del país en ese mismo período, es
simplemente pero poderosamente a la vez, una identidad contable.
Por lo tanto también existe M*V*=P*Y* del país B.
Si combinamos los dos supuestos principales simplemente
reemplazando una expresión en otra obtenemos la ecuación que explica el
movimiento del TC en el mediano y largo plazo en función de variables
“fundamentales”:
E=M/M*.Y*/Y.V/V*
Si nos referimos concretamente al TC sol por dólar (E),
que al momento de escribir este post es aproximadamente 2.80 soles por dólar, entonces
podemos ver que EEUU emite desde hace unos cuantos años mucho más M* que lo que
Perú emite M (el llamado “Quantitative Easing”), como M* está en el denominador
toda la expresión disminuye, es decir ha existido y existirá (aún por un tiempo
considerable) una presión hacia abajo del TC en S/. por $, es decir de 2.80 a
2.75 y hacia abajo.
Como es evidente Y* o el PBI de EEUU crece menos que Y o
el PBI de Perú, esto también presiona hacia abajo el TC. Tanto V como V* son muy estables y al no moverse en
términos relativos, su efecto es casi nulo.
Cualquier otra medida de política económica o suceso
coyuntural que no afecte de manera real y sustantiva a las cantidades de dinero
o las tasas de crecimiento de ambos países pues no tendrá efecto alguno sobre
el TC. Lo que realmente afecta al TC no son estos sucesos coyunturales sino la
especulación de los agentes que sin fundamentos no puede hacerse permanente.
En conclusión, la próxima vez que veamos una noticia que
dice que el mundial de fútbol tendrá efectos sobre el TC soles por dólar recordemos
esta simple ecuación y dejemos que sean otros los que salgan a tomar coberturas
contra situaciones que si se dan serán tan efímeras y superficiales como muchos
de los comentarios que lamentablemente aparecen en algunos medios de
comunicación.
En los próximos años, salvo hipos especulativos de muy
corto plazo, la tendencia marca que el dólar siga bajando muy lentamente o se
mantenga en niveles por debajo de 3 soles por dólar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario